Marta
es una niña de la clase de P1. Todavía no sabe hablar, pero está
claro que le encanta ir a la escuela infantil y que se alegra cuando
ve a Laura, la maestra. Un día, la madre de Marta le pregunta a
Laura que si puede hablar con ella porque está muy preocupada con la
conducta de la niña: le preocupa que Marta no pare de abrir cajones
en casa y de tirar todo lo que hay dentro, y que, por mucho que ella
le diga que eso no se hace, la riña o la castigue, ella siga
haciéndolo. Laura le explica a la madre de Marta que es una conducta
normal a la edad de la niña y no le da más importancia.
A los niños les encanta explorar todo lo que les rodea, por eso Marta solo hace que abrir y cerrar cajones. Marta es alumna de una escuela infantil, allí seguramente explora todo lo que hay a su alcance.
Apruebo la actuación de Laura, pero yo le hubiera explicado a la madre de Marta que su actuación es propia de su edad y que no debe de regañarle ya que aun no entiende lo que esta bien o mal. Su hija tiene que descubrir por si misma sin que sus padres le estén siempre encima de ella o que le den total libertad sin preocuparles lo que su hija este haciendo, tiene que ser un equilibrio entre estas.
Es bueno que los niños sean curiosos, pero hay que tener cuidado con las cosas que exploran por que quizás al abrir una cajón encuentren algún objeto que le pueda hacer daño o tragárselo como un cuchillo, un alfiler, etc.
En conclusión creo que los pequeños deben explorar con libertad y sin temor a ser regañados por el adulto. Debemos estar ahí para decirles que hay cosas con las que tienen que tener cuidado por que les pueden hacer daño, haciéndoles entender sin ser autoritarios, hablarles agresivamente o alterarnos.
